XXIII Gran Premio Asociación Latinoamericana de Jockey Clubes e Hipódromos
Gran Premio Latinoamericano del Color //Hipódromo de la Plata //
Gran Premio Latinoamericano del Color //Hipódromo de la Plata //
Por Roberto MANFRINI.-Columnista de OPINIONES DE VANGUARDIA Integrante del Grupo de Análisis Político de Vanguardia.-Toda la hípica nacional está de fiesta. El Gran Premio Latinoamericano se vino para casa en las patas de otro “hijo pródigo” que nos dio la gran alegría. Y si ya teníamos a un campeón mundial como Invasor, ahora también tenemos al campeón de América. Vaya que cosecha maravillosa que logra obtener nuestro turf. Nos pusimos en la “cresta de la ola” y esto debe capitalizarse para seguir creciendo.La victoria conseguida por Good Report en el Hipódromo de la Plata, avala toda clase de distinciones. Un nuevo “crack” acunado en el viejo circo de Ituzaingó, dio por tierra con la flor y nata de la caballada del continente. Ya lo habíamos manifestado en nuestras consideraciones previas, confiábamos en nuestros representantes. No nos dejaron mal parados. Y vaya si lo hicieron bien. El primer puesto del hijo de Ride the Rails y el sensacional cuarto lugar de Potri Flash, conforman una actuación descollante y de ribetes prestigiosos para todo lo que rodea a la hípica nacional.El Gran Premio reunió en gateras al final, a quince de los dieciseis participantes. Sucedió que la largada se vio empañada por un ataque de crisis nerviosa en varios de los participantes. Se dispararon varios, entre ellos el favorito, Cirque du Soleil y el representante incaico El Dragón, se recordó sus tiempos mozos de doma y dio por tierra -cabriola mediante- con su jockey. Fue bien retirado de la prueba y los peruanos se quedaron con un competidor menos. Cuando se abrieron los partidores, Cirque du Soleil y el chileno Montes Alpha, salieron a beberse los vientos. Agazapado detrás de los mismos, nuestro crédito Good Report. Carrerón del uruguayo que se mantuvo a grupas de los anteriores, hasta que ambos “largaron la esponja”. Ahí el gran Jorge Ricardo le debe haber dicho al oído, “vamos ahora muchacho” y se terminó la carrera. Porque el del stud Santa Teresa se hizo un picnic hasta el disco. Varios cuerpos separaron al final a Good Report de su escolta más inmediata que resultó ser Loca Amy, la única yegua del lote de procedencia peruana. El platense Hampón, gran conocedor de la pista, culminó tercero y después obteniendo un valiosísimo cuarto lugar, la estampa de Potri Flash cerraba el marcador rentado. Otro gran trabajo del hijo de Potridoon que tuvo que sortear su incómoda posición de gateras y un trámite muy entreverado. Sin esos inconvenientes, hoy estaríamos hablando de un “uno dos” uruguayo. No tiene suerte el buen defensor del stud Gavroche. La quinta chapa se la adjudicó el caballo argentino My Happiness, un pastero por excelencia, que cerró la discreta actuación de los dueños de casa. No contaron los chilenos ni tampoco el único embajador brasileño Fado. El festejo entonces es todo nuestro. Ya lo había iniciado el extraordinario látigo norteño Jorge Ricardo apenas cruzó el disco, lanzando besos hacia las tribunas, que veían atónitas el triunfo del “crack” oriental. Lo siguió en su llegada al podio lanzando la fusta hacia la multitud. No cabía otra exteriorización de alegría. Le tenía una fe ciega al pingo y éste le cumplió con creces. Su labor también alcanzó ribetes de excelencia. No en vano es uno de los pilotos con más triunfos del mundo. Este es el quinto Latino que gana y se lo merece por sus dotes de caballero de las pistas. Good Report empleó para cubrir los 2.100 metros de carrera, el muy buen guarismo de 2´10”40c. y nos regaló el primer Gran Premio Latinoamericano que consigue un caballo oriental. Su entrenador Luis Belela lo presentó hecho una pinturita. Todos se aliaron entonces para dar a luz a un nuevo fuera de serie. Como dice la vieja canción: “uruguayos campeones, de América y el mundo”...Esto se lo debemos a la resurrección del turf nuestro de cada día y a los purasangre y profesionales que hoy adornan las entrañas de nuestro querido Maroñas. http://www.scavarelli.com/articulos/preview.php?id=1174200640&page=1