25 septiembre 2006


(Télam).- La falta de controles rigurosos de la actividad turística en la Antártida podría causar un "desastre ecológico", advirtió el embajador de la Cancillería de Chile, Jorge Berguño, especialista en materia marítima.El diplomático sostuvo que aunque el territorio antártico es el sistema menos contaminado de la tierra también es el más vulnerable, al exponer en el segundo taller de Historia de la Investigación Antártica "Exploración multidimensional de la Antártica en los años cincuenta", que se realizó en Santiago de Chile."La Antártida es el sistema menos contaminado de la Tierra, básicamente porque es un inmenso continente. Y la población, si uno puede decir que tiene una población, es de unos 1.000 habitantes permanentes y que en verano llegan a unas 5.000 personas", afirmó el diplomático, según consignó la agencia Ansa.Berguño, miembro del Instituto Chileno Antártico, apeló a las autoridades internacionales para que respondan a la necesidad de regulación de la entrada de grandes cruceros turísticos al territorio antártico, "pues el arribo de 2.000 personas a la zona puede provocar daños irreversibles al ecosistema". Por este motivo, instó a aumentar el número de países adherentes al Protocolo del Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, aprobado en Madrid en 1991, que obliga a realizar una "evaluación de impacto para cualquier actividad que uno haga en la zona". También se pronunció respecto al derretimiento de hielos, tema que definió como "contradictorio", ya que si bien hay zonas en las que se evidencia que hay glaciares que están siendo afectados, "hay otros sitios en que ese balance de masas, como lo llaman los científicos, es positivo, es decir, que ha aumentado la superficie de hielo".Asimismo, señaló que el agujero en la capa de ozono, que afecta principalmente al territorio antártico, provocado por causas tanto naturales como inducidas, generadas principalmente por productos químicos que prácticamente ya no se utilizan, "no es el mayor problema". "Sin embargo -explicó-, el agujero subsiste y hay períodos en que se amplía, períodos en que parecía controlado y ahora se ha ampliado". "El problema está en las emisiones de algunos ácidos generados en la actividad industrial del hemisferio norte y eso no está controlado porque algunos países industrializados como Estados Unidos, no han querido suscribir la Convención del Cambio Climático, que no son convenciones para la Antártica, sino para el mundo entero", afirmó.

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